Renovados embates a la religión. El grupo de “los nuevos ateos”


La cuestión de la religión en los “nuevos ateos”

 

Un nuevo ímpetu de pensamiento se deja sentir en la actualidad de la cultura británica y norteamericana, y poco a poco va expandiéndose a otras culturas; tanto es así, que las librerías han abierto una nueva sección para albergar a la treintena de libros que en esta línea han aparecido. A dicho pensamiento se le conoce como “el nuevo ateismo” y pertenece, según se afirma, a un fenómeno más general denominado, a su vez, “la increencia”. Este último término designa a ese fenómeno masivo secularizante que mediante un complejo número de factores va haciendo que en este “mundo moderno ‘se’ viva y ‘se’ piense sin Dios, ‘como si’ Dios no existiera”[1], según dice la conocida frase de Bonhöffer.

El grupo de los “nuevos ateos”, particularmente, Sam Harris (“El final de la fe: religión, terror y el futuro de la razón” y “Carta a una Nación Cristiana”)[2], Daniel Dennett (“Rompiendo el hechizo: la religión vista como un fenómeno natural”)[3], Richard Dawkins (“El espejismo de Dios”)[4] y Christopher Hitchens (“Dios no es maravilloso: sobre cómo la religión lo envenena todo”)[5], presume haber hallado los argumentos contundentes para probar que Dios no existe y que, por consiguiente la religión no tiene objeto, que no se les necesita y, más aún, que dichas creencias estorban a la realización de nuestra humana libertad.

Una vez más, como desde antiguo, los temas de Dios y la religión vuelven a hacer impacto en los intereses del pensamiento humano; esta vez bajo la forma de una resuelta lucha a favor de la demostración de su inutilidad y de la consecuente libertad de acción que esto acarrearía para la libertad humana.

Aunque en sí las pruebas esgrimidas por los nuevos ateos no son nuevas, merece atención el hecho de que vayan consiguiendo coherencia en su articulación, claridad en su expresión y alcance en su divulgación. Más que a un descarte automático, esta situación debe invitar a los creyentes modernos a repensar sus más preciados principios de fe y a revisar el testimonio que están dando las comunidades de creyentes y sus líderes.

 

 




[1] Emerich Coreth, Dios en la historia del pensamiento filosófico, Salamanca, 2006, “Prefacio”.

[2] Cfr. Sam Harris, The End of Faith: Religion, Terror and the Future of Reason, New York, 2005 y Letter to a Christian Nation, New York, 2008.

[3] Cfr. Daniel Dennett, Breaking the Spell. Religion as a Natural Phenomenon, New York, 2007.

[4] Cfr. Richard Dawkins, The God Delusion, Boston, 2008.

[5] Cfr. Christopher Hitchens, God Is Not Great: How Religion Poisons Everything, Washington, 2007.